Los neumáticos traseros de un vehículo son una parte fundamental para garantizar la seguridad y el rendimiento en la conducción. Sin embargo, muchas veces no les prestamos la atención que merecen y pueden sufrir problemas que afecten a nuestra comodidad y seguridad al volante. En este artículo te explicamos cómo solucionar problemas con los neumáticos traseros de un vehículo y cómo prevenirlos con unos sencillos consejos.
¿Qué problemas pueden tener los neumáticos traseros de un vehículo?
Los neumáticos traseros de un vehículo pueden presentar diversos problemas que se manifiestan de diferentes formas. Algunos de los más habituales son:
Desgaste irregular
Los neumáticos traseros de un vehículo pueden desgastarse de forma desigual debido a una mala alineación, una presión incorrecta, un uso inadecuado o una suspensión defectuosa. Esto puede provocar una pérdida de adherencia, un aumento del consumo de combustible, una mayor emisión de ruido y una menor durabilidad.
Pinchazos o cortes
Los neumáticos traseros de un vehículo pueden sufrir pinchazos o cortes por objetos punzantes, baches, bordillos o golpes. Esto puede causar una pérdida de aire, una deformación del neumático, una vibración anormal o una explosión repentina.
Desinflado
Los neumáticos traseros de un vehículo pueden perder aire por fugas, válvulas defectuosas, cambios de temperatura o porosidad del caucho. Esto puede ocasionar una disminución de la estabilidad, un mayor desgaste, un riesgo de reventón o una multa por circular con una presión inferior a la legal.
Envejecimiento
Los neumáticos traseros de un vehículo tienen una vida útil limitada que depende de varios factores como el uso, el mantenimiento, el clima o el almacenamiento. Con el paso del tiempo, el caucho se endurece, se agrieta y pierde sus propiedades. Esto puede suponer una merma de la calidad, la seguridad y el confort.
¿Cómo solucionar problemas con los neumáticos traseros de un vehículo?
La mejor forma de solucionar problemas con los neumáticos traseros de un vehículo es acudir a un taller especializado donde puedan revisarlos, repararlos o sustituirlos según el caso. Sin embargo, hay algunas medidas que podemos tomar nosotros mismos para solucionar problemas con los neumáticos traseros de un vehículo o al menos minimizar sus consecuencias:
Comprobar la presión
Es importante verificar la presión de los neumáticos traseros de un vehículo al menos una vez al mes y siempre antes de realizar un viaje largo. Debemos ajustarla según las indicaciones del fabricante y teniendo en cuenta la carga y la velocidad. Una presión adecuada nos ayudará a solucionar problemas con los neumáticos traseros de un vehículo como el desgaste irregular o el desinflado.
Rotar los neumáticos
Es conveniente cambiar la posición de los neumáticos traseros de un vehículo cada 10.000 o 15.000 kilómetros para equilibrar el desgaste y prolongar su vida útil. Podemos hacerlo siguiendo el patrón recomendado por el fabricante o el taller.
Reparar los pinchazos
Si detectamos un pinchazo en uno de los neumáticos traseros de un vehículo, debemos detenernos lo antes posible y cambiarlo por la rueda de repuesto o usar un kit antipinchazos si lo tenemos. Luego debemos llevarlo a reparar a un taller donde puedan sellarlo correctamente y evitar que se vuelva a pinchar.
Reemplazar los neumáticos
Si observamos que uno o varios de los neumáticos traseros de un vehículo presentan signos de deterioro como cortes, grietas, deformaciones o desgaste excesivo, debemos sustituirlos por unos nuevos lo antes posible. No debemos esperar a que lleguen al límite legal de profundidad del dibujo (1,6 mm) ya que pueden perder eficacia y seguridad mucho antes. Lo ideal es cambiarlos cuando tengan entre 3 y 4 mm de profundidad.
¿Cómo prevenir problemas con los neumáticos traseros de un vehículo?
Además de solucionar problemas con los neumáticos traseros de un vehículo, es fundamental prevenirlos con una serie de hábitos y cuidados que nos permitan mantenerlos en buen estado y evitar sorpresas desagradables. Algunos de los más importantes son:
Conducir con suavidad
Evitar obstáculos
Debemos intentar esquivar los objetos punzantes, los baches, los bordillos o los golpes que puedan causar pinchazos, cortes o deformaciones en los neumáticos traseros de un vehículo. Si no podemos evitarlos, debemos reducir la velocidad y pasarlos con cuidado.
Protegerlos del sol
Debemos evitar exponer los neumáticos traseros de un vehículo a la luz directa del sol o a altas temperaturas que puedan acelerar su envejecimiento y deterioro. Si tenemos que aparcar al aire libre, debemos buscar una zona de sombra o cubrirlos con una lona o un protector.
Limpiarlos y revisarlos
Debemos limpiar los neumáticos traseros de un vehículo con regularidad para eliminar la suciedad, el polvo, las piedras o los restos que puedan quedar atrapados en el dibujo y afectar a su agarre y desgaste. También debemos revisarlos visualmente para detectar posibles anomalías como pinchazos, cortes, grietas o deformaciones.
Los neumáticos traseros de un vehículo son esenciales para nuestra seguridad y confort al conducir. Por eso, debemos cuidarlos y mantenerlos en buen estado. En este artículo hemos visto cómo solucionar problemas con los neumáticos traseros de un vehículo y cómo prevenirlos con unos sencillos consejos. Esperamos que te hayan sido útiles y que disfrutes de tus viajes sin contratiempos.